Licor de hierbas, una tradición familiar

El licor de hierbas comenzó a destilarse en Formentera a finales del siglo XIX  y la receta ha pasado de generación en generación. Matías González es una de las personas en la isla que ha seguido esta tradición y desde hace casi treinta años viene elaborando este licor de manera artesanal

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Botella de licor de hierbas
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En Formentera tanto residentes como visitantes conocen el licor de hierbas, muchos de ellos en la versión comercializada por una conocida bodega ibicenca cuyos orígenes están en Formentera, concretamente en es Caló de Sant Agustí. Sin embargo la receta de esta tradicional y casera bebida concebida como aperitivo digestivo y, como señala Eva Riera Cortés en la Enciclopedia de Ibiza y Formentera, «era usada también en sus últimos estadios de maceración como jarabe medicinal de propiedades estomacales (las mujeres de antes se preocupaban de tener en casa cada año para calmar sus dolores)», ha ido pasando de generación en generación.

Con respecto al origen, la autora señala que «la trayectoria del licor de hierbas es relativamente reciente: como su elaboración es a base de anís, dependía de este producto y solo comenzó a destilarse en Formentera a finales del siglo XIX».

En la elaboración casera de esta bebida, tradicionalmente a cargo de las mujeres conocedoras de las propiedades de los ingredientes, cada familia tiene su receta particular pero todos coinciden, aunque nadie sepa explicar porqué, que siempre se debe utilizar un número impar de variedades de hierbas, generalmente trece, once o quince.

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Con respecto a las plantas que se suelen emplear, (en mayor o menor cantidad, algunas si y otras no dependiendo de cada casa), figuran tomillo (frígola), romero, hinojo, hierba luisa, espliego, ruda, manzanilla payesa, eucalipto, enebro, poleo, menta, hierbabuena, hoja y piel de limón, hoja y piel de naranja, salvia, hierba de San Juan (hipérico) y ajenjo (donzell blanc).

Elaboración del licor

La tarea comienza con la recolección de las hierbas cuando estas florecen entre final de abril y mediados de mayo. En el caso de variedades como frígola, romero e hinojo estas se recogen de las matas que abundan en la isla, mientras que el resto se suelen obtener de plantas que se tienen en los jardines de las casas destinadas a la elaboración del licor o como condimento en diferentes preparaciones culinarias.

Una vez reunidas las diferentes hierbas y sin secarlas, se ponen a macerar en anís dulce de 25 grados de graduación alcohólica. Según comentó a FormenteraAvui Matías González que las prepara desde 1991 con la receta de su suegra, «las cantidades de cada planta dependerán del recipiente en el que se vayan a macerar ya que en una botella pequeña con unas ramitas de romero y frígola y muy poco del resto de ingredientes es suficiente».

Matías González elabora el licor de hierbas

Con respecto a los recipientes para la maceración, estos dependen también de cada casa ya que pueden ser de madera, garrafas de cristal de 16 litros o los más modernos de acero inoxidable que son los que utiliza Matías actualmente para un mayor volumen de producción. «Por cada 100 litros de anís dulce utilizo una determinada cantidad de ingredientes para que se nivele el sabor ya que la frígola y el romero son muy fuertes y lo ideal es que se noten también las otras hierbas que componen el licor. Que sea una bebida sabrosa, agradable al gusto y perfumada es lo que se busca en cada producción», apuntó.

Después de entre dos y tres meses en maceración, el licor ya se puede colar y embotellar para consumo familiar o como producto de degustación ya que el licor casero no se puede comercializar.

El licor de hierbas, muy aplaudido desde hace décadas por los turistas alemanes y franceses que frecuentan la isla, se sirve en una pequeña copa, solo o con hielo, y se disfruta mucho acompañando postres tradicionales como el flaó.

 

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