José Marcos, alma mater de Ishvara, nació en Barcelona en 1959, y a los 17 años se trasladó a las Pitiusas, primero a Ibiza donde vivió 6 años para establecerse luego en Formentera donde fijó su residencia.
Con 18 años comenzó a interesarse por el cuero y “los artesanos de Ibiza eran mis héroes que vendían en mercados y en el Sandal Shop, la primera tienda dedicada a los artículos de cuero en la isla. Eran americanos, alemanes, algún español, todos hippies con pedigree”.
Así, una pareja de exiliados de la dictadura argentina que trabajaban cuero cerca de donde José vivía en Sant Carles, le acogieron para que les ayudara y cuando consiguieron asilo político en Suiza le regalaron los patrones de las piezas para que el pudiera continuar haciendo los mocasines. Todo se hacía con herramientas muy básicas y rollos de hilo cortados con tijera para coser los zapatos a mano con suelas compradas en Barcelona.
“Siempre me ha interesado todo del cuero, incluso aprendí a curtir pieles de cabra que compraba en Teruel y Castellón y luego las curtía con un preparado de salvado, yema de huevo, sal y vinagre. Lo hacía porque me gustaba participar en todo el proceso”, apunta el artesano.
Pionero en introducir el color en las pieles a trabajar, atreviéndose con algunos tonos muy llamativos, los mocasines de colores se hicieron famosos en el Hippie market de es Canar “y me venían a comprar los de las discotecas y restaurantes y me los encargaba la duquesa de Alba”.
Después de la experiencia ibicenca, José se traslada a Formentera y se convierte en uno de los pioneros del mercadillo artesanal de la Mola. “Mi máquina para lijar las suelas era un motor de lavadora que Gabrielet me dejaba enchufar en su chiringuito que nos cobijaba a todos los que vivíamos sin luz, ya que en mi caso estuve 6 años parando en el molino de la Mola”.
De esa primera época en la isla José recuerda los buenos momentos y el aprendizaje de maestros como Julio y Concha que le enseñaron a hacer los trenzados en cuero.
Además del mercadillo de la Mola, José ha estado desde los inicios en los de es Pujols y Sant Francesc y hace 24 años abrió su tienda – taller “Ishvara” frente a la plaza de Sant Francesc donde realiza su producción centrada principalmente en el calzado sin olvidar otros complementos de piel.
Mocasines, albarcas, sandalias clásicas, cinturones, originales bolsos y bandoleras realizados en piel de cabra, vaca, cocodrilo, pitón, estas últimas compradas en tiendas autorizadas con todos sus papeles, así como cristales de Swarowski, piedras, y adornos en metal conforman el universo de la marca “Ishvara”.
“Desde el inicio me ha gustado trabajar con materiales de primera calidad y, en materia de pieles, nunca he aceptado baratas o de oferta, siempre he buscado lo mejor”, señala José en su tienda rodeado de fotos de clientes famosos que han pasado a lo largo de los años como Giorgio Armani, Kate Moss, el propietario de Fendi o Mauricio Gucci, quien le encargó unos zapatos a medida para una amiga y alabó su trabajo, así como de recortes de notas en medios nacionales e internacionales, estos últimos dando cuenta de la venta de sus productos en Nueva York y Los Ángeles durante cuatro años.
Además Ishvara forma parte desde los inicios de la pasarela de moda Ablib y de la Pasarela de Formentera en las que sus piezas se combinan a la hora del desfile con creaciones de ropa de diseñadores de las Pitiusas.
De todo lo vivido y aprendido durante estos años, José Marcos destaca la fidelidad de su clientela. “Tengo mucha clientela fija, que vienen año tras año, de algunos incluso tengo hormas con sus medidas y conozco sus gustos y el tipo de pieza que les sienta bien. De mantener estos clientes es de lo que más me siento orgulloso y satisfecho”, destaca el artesano.
Artesanía en Formentera
José Marcos ha sido uno de los primeros de la isla en obtener su carta de Maestro Artesano, lo que lo ha llevado a formar parte del comité examinador del Consell de Formentera para la obtención de la carta de artesano junto a otros colegas veteranos.
Para José la artesanía tiene una muy buena representación en Formentera. “La artesanía debe ser valorada y sobre todo el oficio que lleva detrás, no hacer las cosas solo para vender sino seguir aprendiendo todo lo relacionado con esa forma creativa que hemos encontrado y a la que nos dedicamos. Seguir aprendiendo y enriqueciendo siempre el trabajo, querer saber todo de ese oficio que hemos elegido”.