Desde FormenteraAvui seguimos con nuestras visitas a las explotaciones agrícolas de la isla incluidas en el mapa Slow Food editado por el Govern balear y el Consell de Formentera para promover la producción de productos alimenticios de calidad.
Esta semana nos acercamos a Ses Clotades Rural, una finca de cerca de tres hectáreas ubicada en el Km 11 de la PM-820, para conocer de la mano de Santi Marí las variedades plantadas en dichas tierras y las características del enclave agrícola. «Empezamos hace unos diez años plantando olivos para producir aceite de variedades picual, arbequina, hojiblanca, junto a unos pocos de gordal. En total unos 400 árboles cuya producción, por ahora, es para consumo familiar y con el objetivo de comercializarlo más adelante», apuntó Santi.
Desde hace tres años comenzó con el cultivo de hortalizas, básicamente pimiento italiano y de Padrón, berenjenas moradas y listadas, tomates cor de bou y de ensalada, así como melones y sandías.
«Con lo producido surtimos a varios restaurantes de la isla que encargan lo que necesitan, vengo al campo, lo recojo y va directo al establecimiento. El año que viene ya tendré listo un puesto en la finca para vender también a particulares», comentó el agricultor.
Pero no solo con los productos antes mencionados se queda la finca, ya que el proyecto es ampliar la oferta por lo que este año han comenzado a plantar variedades de árboles frutales para obtener distintos tipos de peras, así como membrillos, limones, melocotones y albaricoques, a los que se unirán en breve catorce almendros.
Asimismo, y con ganas de innovar, la finca ya cuenta con sus primeros frutales exóticos para producir kumquat, yuzu, litchi y pitahaya o fruta del dragón.
Agua y buena tierra
La explotación Ses Clotades Rural cuenta con buena tierra con un adecuado nivel de profundidad, arcillosa como en toda la isla y con un pozo de agua dulce para nutrir las plantaciones mediante riego por goteo. «Este año han venido muy bien las lluvias de final del invierno y principio de la primavera, sobre todo para los olivos, ya que estos años atrás con la sequía y al no llegar hasta aquí la red de agua de regadío, pasamos de sacar 200 litros de aceite de 150 olivos a solo 120 litros», destacó Santi.
Asimismo el productor añadió que la tierra se trabaja de forma natural «ya que no utilizamos ningún químico solo el fertilizante natural que nos aconsejó el ingeniero agrónomo, estiércol, agua y labrarla bien. El resultado está, por ejemplo, en unos tomates carnosos, gustosos y sin picadas de insectos».
Sobre la historia de estas tierras, Santi Marí recordó que su bisabuelo producía algodón y su abuelo ñoras «que trituraba en el molino para luego condimentar sobrasadas y otros embutidos, siempre con buenas cosechas».
Con respecto a la presencia de la explotación en el mapa Slow Food Formentera, Marí consideró que «es bueno para que se conozca el producto natural y las distintas variedades que se obtienen en la isla».