Sesenta años se dicen pronto, diría mi abuela, y más cuando se han dedicado a sacar adelante un negocio familiar que es un referente en Formentera. Hablamos de la fonda Rafalet, ubicada en es Caló de Sant Agustí y galardonada la pasada semana con uno de los premios Sant Jaume 2017 que otorga el Consell Insular de Formentera.
Formenteraavui se desplazó al local para charlar con Jaume Juan Juan y con Bartolomé Juan Roig. Padre e hijo nos acercaron, sin desvelarlo del todo, al secreto que se esconde para mantener una familia unida alrededor de un proyecto empresarial durante más de seis décadas.
La primera pregunta es obligada. ¿Cómo recibieron la noticia?
Bartomeu: El viernes pasado al mediodía llegó la «plana mayor» del Consell. Lo primero que pensamos es que había algún problema y enseguida nos comunicaron que nos habían dado uno de los premios Sant Jaume. No lo podíamos creer y estamos muy agradecidos por este galardón. Después de sesenta años al frente de un negocio familiar sienta muy bien que se reconozca esta labor que iniciaron mis abuelos.
¿Cómo empezó este negocio?
Jaume: Al principio era una pequeña taberna y tienda de comestibles que daba de comer a gente que venía a pasar el día desde Eivissa. Luego, suponemos, se fue corriendo la voz y venían catalanes que nos pedían quedarse a dormir, por lo que les dejábamos nuestra habitación y nos íbamos a dormir a la barca (risas).
Bartomeu: Yo de pequeño recuerdo volver de la escuela, ponerme a limpiar vasos, colaborar con el negocio familiar y jugar entre las mesas.
Es caló ha sido y es un lugar inspirador para gente que se ha dedicado al arte, entre ellas la escritora Monserrat Roig. ¿Qué recuerdo tenéis de ese movimiento cultural que pasó por vuestra casa?
Bartomeu: recuerdo gente muy bohemia, artistas, pintores y escritores que se sentaban a aquí o que paraban unos días en el hostal. Muchos de los artistas plásticos nos han regalado acuarelas que decoran las habitaciones del hostal. También han pasado por aquí Messi, hace algunos años y hace dos días nos visitó Cristiano Ronaldo que armó un gran revuelo con su presencia.
¿Cómo se gestiona este negocio que abarca varios rubros?
Bartomeu: La parte del restaurante hace muchos años que la gestiona un tío mío y el resto de la familia nos limitamos al hostal y al bar. Lo que si te puedo decir que en los últimos siete años el volumen de trabajo se ha disparado y hemos tenido que contratar nuevos empleados.
Jaume: En los últimos años, sobre todo en julio y agosto, el volumen de público se ha multiplicado por cinco.
Algunos dicen que «hemos tocado techo» en materia turística. ¿Cómo valoráis vosotros esta afirmación?
Bartomeu: El techo no sé si lo vamos a tocar pero si tengo claro que «morir de éxito» es muy fácil. La gente no viene a vernos a nosotros sino a disfrutar de nuestros enclaves naturales. Por eso es primordial preservar las playas, la transparencia de las aguas y nuestros bosques. Desde que hay un mayor control en Illetes muchos de los barcos vienen hacia es Caló y por eso desde este año contamos con una zona de boyas que señala la entrada al puerto natural.
Tengo entendido, porque lo he probado, que el «pa amb coses» es el plato estrella de este bar…
Bartomeu: Así es, junto a las tostadas que son seña de la casa. La idea es de mi madre ya que, cuando éramos pequeños a la hora de cenar decía: «avui pa amb coses». Le quedó ese nombre y tiene el mismo éxito que el primer día.
Jaume: Lo que sí ha cambiado con los años son cosas como el café. Antes la gente pedía un café o uno con leche. Pero desde hace unos años entre descafeinados, leches de avena o soja, necesitas más de un empleado para que lleven la barra y atiendan las comandas (risas).
¿Qué tipo de turista pasa por vuestro local?
Sobre todo el denominado turismo familiar, gente tranquila, de mediana edad y podemos decir que tenemos clientes que nos visitan desde hace más de treinta años con sus hijos y sus nietos.
Son sesenta años de turismo familiar.
La mayoría son catalanes, les siguen los franceses y algunos italianos que son fieles desde hace años.