La almeriense Judith Ruano Carmona se dedica a la fotografía y en especial a la realización de reportajes fotográficos. Desde el año 2010 Judith reside en Formentera. A través de un contacto en la isla, Judith partió en octubre pasado hacia Indonesia para hacer un reportaje de una colección de ropa de una diseñadora local, un proyecto que no se pudo llevar a cabo, por lo que la fotógrafa decidió aprovechar el viaje y dedicar su estancia en la zona para hacer fotos más personales. «Decidí dar uso a mi cámara y hacer fotos en un país tan exótico y particular y subirlas a mi página web», explicó Judith.
Una vez en el país indonesio, la primera estancia fue en Bali, un lugar que consideró «demasiado turístico» y poco interesante a nivel fotográfico, por lo que decidió después visitar la isla de Lombok, con el propósito de «encontrar la verdadera Indonesia», y así fue.
Después de superar unos días con dolor de muelas, Judith se puso a recorrer las playas de Lombok y estos paseos llevaron a la fotógrafa a comprobar que existía otra realidad que contrastaba con la belleza del paisaje. «Había mucha suciedad ya que no existen cubos de basura y no me bañé ningún día porque incluso el agua estaba sucia», explicó Judith.
Minas de oro
Durante su estancia conoció a una gente que pretendía ver terrenos para invertir en la construcción de algún tipo de establecimiento turístico. «Los acompañé por si me necesitaban por mis conocimientos de inglés, algo que resultó no ser necesario ya que poca gente del lugar lo habla, pero en el recorrido en coche yo veía mucho plástico en los campos a los lados del camino y, como soy de Almería, pensé en invernaderos», comentó. Preguntó y le comentaron que se trataba de explotaciones de minas de oro en las que utilizan mercurio para separar el metal precioso. «Yo lo único que me acordaba del mercurio era que cuando se rompía un termómetro en casa mi madre decía que no tocáramos nada porque era muy peligroso», apuntó.
Al día siguiente le comentó a la dueña del hotel que quería conocer las minas y le preguntó si la podía acompañar. «Me llevó y les explicó que yo quería sacar fotos y me di cuenta que podía documentar lo que allí está ocurriendo en materia medioambiental», recordó la fotógrafa.
Las consecuencias del trabajo con mercurio
Cuenta Judith que las familias que viven de las minas han abandonado sus tierras en el campo, para vivir en casas que han construido en la zona. Según explica judith, estas familias ganan tres veces más dinero que antes pero asegura que pagan un alto precio por ello. «Se han dado casos de bebés con malformaciones de nacimiento y procesos cancerígenos en los adultos y además el agua residual contaminada va al mar», señala la fotógrafa. Judith explicó además que estas minas son a cielo abierto y que el plástico lo utilizan para decantar.
La experiencia en las minas de oro la dejó «tocada» por lo que decidió adelantar el viaje de vuelta y ahora estudia que hacer con todo el material registrado con el objetivo de divulgarlo. «Todavía tengo que analizar la experiencia y, si un día vuelvo a Indonesia, no será como turista sino para hacer algo por y para ellos, lo que ellos me pidan», concluyó.