La situación de inestabilidad que refleja el ejecutivo del Consell de Formentera desde hace varios meses y generada por desavenencias internas en Sa Unió que se alzó con la mayoría absoluta en las pasadas elecciones municipales y que ha derivado, entre otras circunstancias, en la expulsión del presidente Llorenç Córdoba de las filas de la coalición política formada por él como independiente, PP y Compromís amb Formentera, sigue dando de sí a tenor de las declaraciones vertidas hoy al acabar el pleno ordinario del Consell por parte del conseller José Manuel Alcaraz y el presidente Córdoba.
Ante los medios de comunicación el conseller de Sa Unió, José Manuel Alcaraz, quien fue cesado de sus cargos como vicepresidente y responsable de las áreas de Promoción Económica y Administración Insular por parte del presidente Córdoba «por falta de confianza», ha admitido que la ejecutiva de su partido había acordado que si ganaban las elecciones del pasado año 2023 y el cabeza de lista, Llorenç Córdoba, al asumir la presidencia del Consell y su escaño como diputado autonómico, «no podía llevar a cabo ambas tareas sería yo el sustituto al frente del Consell Insular, como he dicho en entrevistas anteriores».
Por su parte y sobre este acuerdo, el presidente del Consell Insular, Llorenç Córdoba ha apuntado que «este pacto no era definitivo, si se había acordado que si yo me veía ante un cúmulo de trabajo con ambos cargos, que sería el señor Alcaraz quien me sustituiría si yo no podía seguir al frente del Consell ya que en el caso del Parlament el escaño, como va por número de lista, correspondería a la vicepresidenta primera, Verónica Castelló y firmamos un papel con este acuerdo».