El III Plan de Fosas del Govern balear en su segunda fase de excavación arqueológica relacionada con el penal franquista de Formentera, ha dado buenos resultados con la localización de 11 entierros compatibles con víctimas de es Campament.
Los trabajos, a cargo de la Sociedad de Ciencias Aranzadi y coordinados por la arqueóloga Almudena García-Rubio, se iniciaron el pasado 20 de noviembre y se prolongarán hasta el 20 de diciembre.
Según ha explicado Almudena García a la consulta de Formentera Avui, “el año pasado realizamos una intervención en las filas 1 a la 6, ubicadas a la derecha de la zona de tierra situada a la entrada del cementerio, y ahora estamos en el área entre las filas 5 a la 8 donde se trabaja en lo que nos faltaba de la 5 y de la 6 a la 8 completas adonde apuntaban los resultados de año pasado con las dos identificaciones de los restos de Francisco Solano, natural de Cartagena e Isaac Rodríguez, de Badajoz, dos de los presos que aparecen en el listado”.
Los 11 cuerpos localizados en estos días se encontraban enterrados en profundidad ya que, según ha explicado la arqueóloga, “en esa época se cavaban sepulturas muy hondas por lo que los enterramientos más antiguos son los que están debajo, tanto de formenterenses como de las personas reclusas”.
Asimismo añade que la diferenciación primera, antes de los análisis posteriores sobre las causas de la muerte, se basa “en que los reclusos están en unos ataúdes endebles de los que solamente quedan la impronta y los clavos y aparecen con restos materiales muy pobres como cuatro botones, mientras que los formenterenses llevan calzado y rosarios en las manos”.
Así, hasta el día 20 de este mes el equipo continuará con las tareas de exhumación, ya que se espera localizar más víctimas de es Campament en esta área, y con la reposición de la zona excavada a su estado original para, partir del mes de enero, iniciar en un despacho habilitado en el cementerio las tareas de laboratorio que incluirán las tomas de muestras genéticas. “Las labores de identificación suponen el análisis genético de una muestra de cada esqueleto que hemos exhumado para cruzarlas con las muestras genéticas que han donado los familiares y esperamos que ese cruce de buenos resultados”, ha señalado la experta.
Al mismo tiempo se continuará con la búsqueda de familiares ya no solo en Extremadura, de donde son las pruebas disponibles actualmente, para ampliar el mapa con otras localidades de las que venían los reclusos y que están documentadas en el estudio de la época marcada entre 1940 y 1042 realizado por el historiador Ferrer Abárzuza.