Carlo de Bortoli, conocido como Debo, nació en Motta di Livenza (Venecia) en 1980. Desde muy joven se interesó por la artesanía y en especial por crear elementos de bisutería con hilos y semillas que, a partir del año 2000, comenzó a comercializar en las rutas de conciertos que atraen a miles de personas durante varios meses al año en distintas ciudades europeas. «Me encantan los mercadillos y esta era una buena manera de dar a conocer mi trabajo», explica Debo.
En el año 2006 llega a Formentera y conoce a Jorge, «un escultor que hace lámparas con raíz de enebro, que me enseñó a sacar raíces y ahí me enamoré del perfume y la textura de estos elementos». Lentamente comienza la tarea de introducirse en el trabajo con raíces para elaborar pequeñas piezas hasta conseguir crear una línea personal.
«Trabajo principalmente el enebro autóctono a través de raices muertas, desde la localización y extracción de la raíz que sirve para luego proceder a realizar determinados cortes en la misma siguiendo sus curvas. Posteriormente con distintas herramientas procedo a la limpieza de la corteza y a partir de ahí la madera me sugiere el camino a seguir para la creación de pendientes o un colgante que siempre serán piezas únicas», explica el artesano en su taller de la Mola.
Rodeado de lijas y otras herramientas Debo ultima algunos de los llaveros y colgantes en los que incrusta ojos de Venus recogidos en las playas locales y de pendientes que remata con cierres de plata. «También estoy realizando algunas pulseras en madera de savina que es más resistente y en breve comenzaré con la creación de lámparas que no solo aportan luz sino también el perfume de la madera, algo que los turistas aprecian ya que se llevan un trocito de Formentera a su casa», destaca Debo.
Con carta de artesano desde el pasado mes de noviembre, este año se ha estrenado en la Fira Artesanal de la Mola, donde espera fidelizar clientela. «He preparado material para el visitante que le gusta la isla y su naturaleza, y creo que funcionará muy bien».
Con respecto a la situación de la artesanía en la isla, Debo considera que «hay un buen nivel, la gente aprecia el trabajo, la variedad y la originalidad de las creaciones, por lo que sería muy bueno disponer de un espacio donde desarrollar el trabajo artesanal, dadas las dificultades que existen en la actualidad, e intercambiar conocimientos. Sería una ayuda muy grande para muchos».
