Pep Juan Castelló (Formentera, 1994) desarrolló desde pequeño habilidad manual “creando cosas con maderas y trocitos de metal que encontraba en el taller de mi padre, que estaba lleno de herramientas». Con 19 años se marchó a Barcelona a estudiar un grado superior de Automatización Industrial y durante ocho años vivió en la ciudad condal donde también trabajó como responsable en la unidad de ferrocarril de una empresa que vendía material para trenes. “En los últimos años en Barcelona retomé el trabajo con la madera, hice un curso de joyería con Fina Sánchez y me dí cuenta que podía unir lo hecho a mano con lo artístico, transformar una materia prima en algo diferente”, apunta Pep sin olvidar que “luego vino el Covid, me pilló en un piso de Barcelona con media hora de sol al día, con muchísimo trabajo online para la empresa y fue cuando decidí volver a Formentera y convertir el hobby creativo en un oficio”.
Así las cosas Pep inició el montaje de su taller de joyería “con un espacio para la electrónica y el audio que me gustan mucho” y realizó un curso con el artesano Lorenzo Pepe “donde aprendí mucho sobre el tratamiento del metal ya que hasta ese momento solo trabajaba la madera y la cera, por lo que ahora fundo el material, lo lamino, corto, limo y sueldo, sacando adelante todo el proceso”.
Con los nuevos conocimientos tomó el camino de trabajar oro, plata, latón y cobre para la creación de anillos, colgantes y algunos pendientes en los que combina el metal con la madera a través de sutiles y delicadas incrustaciones. “También utilizo el metal para envolver la madera que puede ser de savina, enebro, albaricoque y olivo, todas obtenidas de árboles de la isla por lo que la naturaleza que nos rodea está siempre presente en mis trabajos y Formentera se convierte en la principal fuente de inspiración”, señala el artesano.
Con carta de artesano de la última promoción y recién confirmada su participación en la Fira Artesanal de la Mola para esta temporada 2023, actualmente Pep comercializa sus trabajos a través de Instagram bajo el nombre de Melkart. “Tengo básicamente clientela española y algo de italiana y a Formentera como reclamo”, apunta mientras prepara material con piezas “sencillas y también algunas extravagantes, únicas y difíciles de recrear para llegar al mayor público posible” y para llenar su nueva parada en el mercadillo ya que le gusta mucho estar en contacto con el cliente “y crear una relación a partir de mis trabajos”.
Con respecto a la situación de la artesanía en Formentera, Pep Juan considera que hay “un buen número de artesanos, algunos desde hace muchos años, que dan prestigio a los trabajos realizados en la isla que son cada vez más apreciados por los clientes” y aboga por la creación “de un espacio multidisciplinar donde podamos aprender y enseñar distintas disciplinas y crecer en conocimientos lo que sería muy nutritivo a nivel artístico”.