Olga López Adzerias (Sabadell, 1965) aprendió con 13 años a hacer tapices artísticos con un telar vertical en el taller de Maia Creus y años más tarde participó en varios cursos de telar de pedales en la Escuela Tarañina “lo que me permitió entrar en el trabajo artesanal a través del tejido de distintas piezas como foulards, caminos de mesa y otros objetos útiles, así como crear telas con las que una amiga confeccionaba distintas prendas de vestir”.
En un posterior viaje a Guatemala, Olga conoce la raíz de la artesanía de los tejidos y el telar de cintura “con los palitos con los que separas los hilos para hacer diferentes dibujos”. Después de esa experiencia que duró dos años volvió a retomar los trabajos más artísticos con el telar vertical y partió hacia Marruecos, en concreto de Sidi Mokhtar “para unirme a familias de artesanos y compartir su técnica para tejer alfombras en lana de oveja”.
En una segunda etapa por tierras marroquíes el aprendizaje continuó más al sur, en Ait Ben Hadu, donde conoció a familias bereberes “que conforman cooperativas en las que toda la familia se dedica a tejer, y realizan todo el trabajo ya que cardan, hilan y tejen alfombras que luego venden a comerciantes especializados”. Con ellos Olga tejió su primera alfombra que posteriormente vendió a unos italianos, volvió para tejer una segunda pieza igual a la primera y aprendió otras técnicas como el chaoui “que es muy visual por sus dibujos y que he aplicado posteriormente en la confección de bolsos, pulseras o en algún tapiz de pared”. Olga ha realizado también otros cursos de técnicas específicas en Barcelona como fieltro, fieltro Nuno y Kumihimo, una técnica japonesa, “con la que puedes hacer cinturones, tiras para bolsos, cordones para joyas u otras piezas utilizando hilos como el perlé”.
Formentera
Después de una etapa en el Pirineo, en 2002 Olga llega a Formentera “con ganas de mar, de sol y de conocer el mercadillo de la Mola, que me habían dicho que era para artesanos, ver si me admitían y así fue”.
Con una amplia trayectoria que incluye impartir talleres “para que este oficio no se pierda” y participar en exposiciones individuales y colectivas, la artesana ofrece en su parada de la Fira de la Mola sandalias confeccionadas en hilo de cáñamo y suela de esparto “que aprendí a hacer en Guatemala”, foulards, caminos de mesa y otros artículos confeccionados en su telar, así como bolsos y sombreros de fieltro. “En verano trabajo mucho con lino y algodón mientras que en invierno hago piezas en lana merino o alpaca. Además, a veces trabajo por encargo piezas que se pueden hacer en pocos días, sobre todo en fieltro, y que me encargan algunos clientes del mercadillo que ya me conocen”, apunta Olga. Entre la clientela “tengo de diferentes edades y nacionalidades que aprecian la artesanía desde unas pulseras hasta una pieza muy elaborada”, destaca la artesana.
Con respecto a la situación de la artesanía en Formentera, Olga considera que se vive un resurgir “porque la gente valora este tipo de trabajos auténticos, creativos, con nivel y los busca”.
La artesana aboga además por que se habiliten espacios donde poder enseñar con sus telares y recuperar otros heredados “y para que se utilice la lana de las ovejas de la isla, que no se tire aunque sea muy burda porque se pueden hacer tapetes o otros artículos para la casa”.