La conocí hace muchos años y como no sabía su nombre le puse la chica de la sonrisa. En alguna ocasión posterior nos presentaron y ahí me dí cuenta que Teresa era una maga, porque solo las magas pueden dar clases, dirigir un colegio, practicar judo con maestría, bailar pagès y danzas colombianas, cantar con Gleps Dhulls y La 22, además de fundar, ser la secretaria y presidir la ONG Formenterers Solidaris. Y alguna cosa más que seguro me olvido de su trayectoria porque estoy muy triste después de enterarme esta mañana de su fallecimiento.
Por eso, para calmar la tristeza me he puesto a recordarla en distintos momentos, en charlas casuales por la calle, en conversaciones telefónicas, en entrevistas que le he hecho a lo largo de los años y siempre me aparece su imagen con una sonrisa. Y con eso me quedo, con su sonrisa, su calidez y con esa fuerza de voluntad y ese convencimiento de que un mundo mejor siempre es posible.
Gracias Teresa por esa sonrisa y descansa en paz.