“Lo que más me importa es la calidad en la terminación de mis piezas” Entrevista a Tomás “Tomasito” Rinaldi

Con carta de artesano desde el año 2012 comercializa sus creaciones en coco y madera en la Fira Artesanal de la Mola

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Tomasito
Tomasito en su parada del Mercat de la Mola
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El músico Tomás Walter Rinaldi (Mercedes, Buenos Aires, Argentina, 1963), conocido como Tomasito, comenzó a trabajar con la artesanía a mediados de los años ochenta confeccionando muñecos movibles, “unas avestruces que adoptaban diferentes posturas”,  que vendía los sábados en la Feria de Sant Telmo, un mercadillo famoso como reclamo turístico en Buenos Aires.

En 1989 se traslada a Brasil, en concreto a Río de Janeiro, para estudiar batería en los conservatorios Vilalobos y Calustre y donde pasó finalmente 12 años.

“Mi vocación y mi trabajo era la música pero un año, a la vuelta en autobús de un viaje que había hecho a Argentina un tipo me engañó con el cambio de moneda y me robó los únicos 200 dólares que tenía antes de volver a entrar en Brasil, así que llegué a Río de Janeiro sin un peso y un amigo me dio artesanías para vender en Ipanema y Copacabana. Entonces conocí a un hombre que hacía bisutería y otros artículos con las cáscaras del coco y con  madera, aprendí con él y estuvimos muchos años trabajando juntos”, recuerda Tomasito.

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Tomasito muestra algunas de sus creaciones
Tomasito muestra algunas de sus creaciones

Con el tiempo se traslada a Salvador de Bahía a continuar con sus trabajos musicales y conoce a indígenas de la tribu pataxós, especialistas en el trabajo con cocos, que le enseñan nuevos trucos, secretos y a perfeccionar la técnica.

La vida en Brasil continúa y en 1998 graba un disco con un músico italiano y le empiezan a insistir con que vaya a Italia para presentar el disco “y te hacemos un contrato para tocar la batería”. Al principio la idea no le atrae, “viviendo en la playa de Bahía”, pero después de mucha insistencia pone rumbo a Piacenza con muchas artesanías en coco para venderlas en Florencia donde se instala con su mujer y «después de un largo y frío invierno» deciden probar suerte en Ibiza.

Ahí combina la venta de sus creaciones en coco con la música tocando en diferentes formaciones en Ibiza y Formentera, isla en la que se instala definitivamente.

El secreto está en el lijado

Tomasito utiliza cocos de diferentes tamaños, algunos de estos “mini” que consigue de Porto Seguro (Brasil), y el trabajo consiste fundamentalmente en limpiar los pelos de las cáscaras con una lijadora de banda para luego pasarlas por siete lijas de diferentes grosores que estima fundamentales “ya que si le pusiera una lija menos se notaría que el trabajo no está hecho con cariño y profesionalidad por eso lo que más me importa es la calidad en las terminaciones de mis piezas”.

Una vez lijadas se cortan en diferentes formas y tamaños y se pule cada pieza con cepillos de trapo y una pasta especial hasta conseguir un lustre natural característico en distintas intensidades de marrón. “Las cáscaras de coco hay que cortarlas con precisión para evitar que se partan en mil pedazos como pasa con algunos cristales”, apunta el artesano mientras trabaja en su taller en es Pujols.

Tomasito en pleno proceso de lijado del coco
Tomasito en pleno proceso de lijado del coco

Este material natural Tomasito lo convierte en aros y pendientes con distintos diseños, anillos, llaveros con la forma de la isla y de las sargantanas, colgantes, collares, palitos para el pelo y pulseras, muchas de estas piezas combinadas con madera de sabina “y con los recortes de otras maderas que sobran de las guitarras que se fabrican en Formentera Guitars y así se aprovecha y se recicla toda la materia prima”. También el artesano utiliza el coco para la confección de cuencos, copas, lámparas, cucharones y cubiertos para servir las ensaladas.

Una de las lámparas creadas por el artesano

Por su parada en la Fira de la Mola desde el año 2000 han pasado todo tipo de clientes, predominando los italianos, alemanes y españoles, “desde los más jovencitos que se llevan los pendientes de aro de coco hasta los mayores que se decantan por las piezas de decoración, sobre todo los alemanes que vienen a principio y final de la temporada”.

Con respecto a la situación de la artesanía en Formentera Tomasito considera que hay muy buenos profesionales y que todos “hemos ido creciendo con el paso de los años” en cuanto a la calidad y originalidad de las creaciones.

Por último el artesano destaca la “calidez” del material con el que trabaja “y el cariño que le pongo a cada pieza y que estimo se refleja en la parada”.

 

 

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