El pleno del Consell de Formentera aprobó el pasado viernes 8 de julio otorgar a mosén Miguel Ángel Riera Planells (Ibiza, 1970) el título de hijo adoptivo de Formentera, “en reconocimiento a la labor realizada a lo largo de catorce años como cura de las parroquias de Sant Francesc Xavier y el Pilar de la Mola, y por el impulso y compromiso hacia el asociacionismo juvenil, el acompañamiento de familias necesitadas y la acogida social”.
Mosén Miguel Ángel siempre tuvo vocación religiosa y con 17 años entró en el Seminario Metropolitano de Valencia, se ordenó sacerdote en la Catedral de Ibiza en 1994 y comenzó su labor en la parroquia de Sant Agustí. En 2006 el párroco comienza en Roma una licenciatura en Teología Fundamental en la Universidad Gregoriana y, acabada la carrera y la defensa de la tesina, dos años después llegó a Formentera, donde tomó posesión de las parroquias de la isla el 28 de septiembre de 2008 y donde celebró sus 25 años como sacerdote en 2019.
A finales de 2021 el nuevo obispo de las Pitiusas, Vicent Ribas, lo designa como párroco de la Iglesia de Santa Creu en Ibiza y así finaliza una etapa de casi catorce años en Formentera y en la que supo ganarse el cariño y el respeto de la gente al frente de las parroquias locales.
En todo ese tiempo, Miguel Ángel Riera desarrolló en la isla una labor pastoral intensa en la que ayudó a crear y mantener iniciativas que ya son todo un referente en Formentera como Formenterers Solidaris, ONG local con amplia implicación en la sociedad isleña y la Associació Reis Mags, encargada de distintas actividades sociales y culturales dirigidas a colectivos de todas las edades. A eso hay que sumarle su labor en Cáritas Diocesana, la organización de la catequesis, así como la creación de grupos de estudio, sin olvidar su entusiasmo a la hora de recrear el Vía Crucis y de activar la cabalgata de Reyes.
Cuando marchó a Ibiza en 2021 para hacerse cargo de la parroquia de la Santa Creu, mosén Miguel Ángel comentó a FormenteraAvui: “de Formentera me llevo todo lo bueno y el haber ido cumpliendo con cosas que considerábamos que se debían hacer”.
Ahora que el pleno del Consell Insular decide nombrarlo hijo adoptivo de Formentera el párroco se muestra muy agradecido. “Siempre me he sentido de Formentera. Vine a la isla a trabajar como sacerdote pero sintiéndome profundamente ligado a este lugar y ahora recibo la designación como hijo adoptivo con satisfacción y con alegría. Yo soy como soy, he hecho lo que sé hacer y si eso ha ayudado a la gente pues me alegro mucho”. Mosén ha recordado además que su tío Bartolomé, el sacerdote Pep Costa y sor Francisca también recibieron el título de hijos adoptivos por lo que “es también un reconocimiento a la labor de la Iglesia en Formentera y de todo lo que podemos aportar a la sociedad y al mundo y estoy muy agradecido”.
