“Todos los juguetes que hago están inspirados en la isla”, Entrevista a Yessica Camacho Carrasquilla

Con carta de artesana desde el pasado año Yessica vende sus originales creaciones en la Fira de la Mola

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Yessica Camacho Carrasquilla tiene carta de artesana desde el año pasado y vende sus creaciones en la fira artesanal de la Mola
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Yessica Camacho Carrasquilla (Carpio de Tajo, Toledo 1981) se considera una emprendedora gracias a sus antecedentes familiares con antepasados agricultores por parte de padre y con una familia de mujeres artesanas costureras por parte de madre y que la criaron en un ambiente “republicano, muy político y con memoria histórica”.

Cuando sus padres se separan, su madre parte a Madrid con los tres hijos e inician una nueva vida. “Yo llegué a Madrid con 16 años y tuve que compaginar estudios como auxiliar administrativa con los trabajos que me iban saliendo porque no nos sobraba el dinero y mi madre llegó a tener hasta tres trabajos para sacarnos adelante por lo que ha sido mi referente como emprendedora”, recuerda Yessica.

Uno de los últimos trabajos de Yessica en Madrid fue en un centro de salud mental conocido en toda Europa. “Cuando estaba allí me di cuenta que quería trabajar con esa gente, por lo que hice un curso de técnico superior en integración social, y me apunté como voluntaria y luego como integradora cuando acabé la carrera”.

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Pero la vida da vueltas y hace nueve años tuvo el mes de agosto libre, vino a Formentera a ver a una amiga que trabajaba aquí y conoció al padre de sus hijos que se desempeñaba  como socorrista. “Me enamoré de él y de la isla y decidimos venir a vivir aquí, me quedé embarazada y nació Tristán, al poco tiempo nació Uma y me volqué plenamente en la maternidad y en la crianza de los niños”.

Yessica Camacho realiza juguetes educativos inspirados en la isla

La vocación creativa continuaba ahí y pensando a que dedicarse en la isla, “porque necesitaba emprender algo para desarrollarme”, comenzó a desempolvar los conocimientos que había adquirido junto a su abuelo materno “que era un manitas y a mi me gustaba hacer cosas con él en su taller, y con el padre de mis hijos que tiene herramientas y sabe de carpintería empezó lo de realizar juguetes de madera”.

Petita Figuera

El emprendimiento de Yessica, conocido como “Petita Figuera” se ha centrado en la utilización de madera de pino y sabina procedente de podas forestales y de recortes que le obsequian en la carpintería Quintanilla. “La idea de hacer juguetes educativos con elementos naturales surgió de jugar con mis hijos y de estar sensibilizada con el mundo infantil”, comenta la artesana que apunta que sus hijos son los “catadores” de sus creaciones. “No soy muy buena dibujando pero si ellos ven un erizo en mi dibujo del erizo pues es un erizo y ahí se queda ese dibujo infantil que he realizado y que ellos han podido abstraer”, comenta Yessica.

Yessica camacho se dedica a crear juguetes de madera con el sello «Petita Figuera»

Así nacen una serie de juguetes “inspirados en la isla” donde encontramos los tradicionales de encaje, dominós tallados en sabina, memories con los animales de Formentera, coches habituales por nuestras carreteras y caminos como el Mehari, la furgoneta W o el 2CV, “todos decorados con pintura no tóxica al agua y se los pueden llevar a la boca además porque las piezas no llevan aristas y tienen el tamaño adecuado para que no se las puedan tragar”. A estos trabajos se suma una línea de decoración infantil con percheros y pizarras decorativos, lamparitas quitamiedos en forma de casitas o cuadros con marcos artesanales entre otras creaciones.

Con carta de artesana desde 2021 y con cuatro años de experiencia en la Fira Artesanal  de la Mola, Yessica destaca que entre su clientela “la mayoría son adultos que buscan este tipo de juguetes y hay muchas maestras por lo que estoy estudiando el adentrarme más en el mundo educativo”.

Yessica Camacho en su taller

Un espacio conjunto de creación

En relación a la artesanía local Yessica aboga, como otros artesanos, a encontrar una fórmula que permita compartir espacios para trabajar. “Con este proyecto hay momentos que tengo ganas de tirarlo por la borda porque conciliar, emprender y encontrar un espacio a veces es una locura. Creo que Formentera necesita alguna fórmula para que los artesanos podamos compartir espacio para trabajar y que también se pueda utilizar como talleres para enseñar y para mostrar las producciones. Algo que permitiría crecer en nuestros proyectos y mejorarlos”.

 

 

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