“Mis joyas no son un accesorio, son una vestimenta”. Entrevista a Tito Solari

El artesano joyero lleva 22 años en la isla depurando un estilo único a la hora de trabajar la plata y otros metales

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Tito Solari es maestro artesano desde hace una década
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Tito Solari nació en Mar del Plata (Argentina) en 1972 y este nieto de italianos y españoles con 21 años comenzó a viajar y en la artesanía encontró un medio para vivir. “Empecé haciendo macramé y pasé por distintos materiales hasta llegar a la joyería que comencé en 1999, un año antes de venir a Formentera, de manera autodidacta”.

De aquellos primeros anillos hechos a mano, la curiosidad y el reto por aprender nuevas técnicas fue in crecendo hasta formar todo un estilo personal, ya que las piezas de Tito son fácilmente reconocibles por su volumen, su presencia y su aspecto firme y robusto en forma de anillos (como el ya mítico del Rey Arturo), colgantes, pulseras o aretes.

“En plata hago lo que a mí me gusta usar como hombre y lo que me gustaría usar si fuera mujer. Un estilo con volumen, con presencia, por su robustez y que aún en las más delicadas el ojo detecta su peso”, señala el artesano que trabaja también algunas pocas piezas en oro (“me encanta trabajarlo pero es muy costoso”) y en bronce.

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Con respecto a su estilo Tito lo define como “tribal, de líneas claras con una inspiración en la naturaleza y en el cuerpo humano. No son un accesorio sino una vestimenta. Las piezas que te pones se van a ver de lejos por su volumen y no pasarán desapercibidas”.

El artesano joyero Tito Solari en su taller

Trayectoria con paso firme

El primer verano en Formentera Tito Solari vendía sus anillos y colgantes en una esquina de la terraza del Mini bar en es Pujols y fuera del mercado artesanal de la Mola al que entró con puesto al año siguiente. En la actualidad continúa en la Mola y en el mercadillo matutino de Sant Francesc durante la temporada veraniega.

Fiel a su estilo, Tito no ha dejado de seguir incorporando técnicas y aprendiendo nuevas formas de trabajo. Como ejemplo señala que, “antes del comienzo de la pandemia yo había montado parte de mi taller para trabajar el método de la cera perdida, una técnica que sirve tanto para hacer grandes producciones como para realizar piezas únicas tallando la cera. Con todo eso montado tocaba poner en práctica la nueva sección y llega el encierro por el Covid. Así conocí a Jaime Díaz, un maestro joyero artesano que tiene su taller y da clases en Barcelona, y vía Internet me enseñó en 10 horas a poner en funcionamiento la nueva sección del taller, algo que también le sirvió a él para comenzar a dar clases on-line”.

En la Mola y Sant Francesc, Tito Solari tiene una clientela italiana y alemana fiel desde hace más de una década, a la que este año, con el cambio de turismo debido a la pandemia, se ha incorporado la española. “Este año no han venido tantos italianos y alemanes por lo que he tratado más con españoles que no me conocían y a los que tuve que mostrarles, como a los primeros italianos hace años, piezas como anillos y pulseras con volumen, dejar que las probaran y que volvieran al cabo de unos días con la decisión de comprarlas. Ha sido como un volver a empezar captando nuevos clientes que seguirán en contacto”. Tito destaca también a sus seguidores residentes en la isla; “a veces me para gente por la calle para decirme que tienen una pieza mía desde hace años y la usan siempre”.

A esos grupos de clientes conseguidos durante años en los mercadillos se ha añadido el hecho de haber incorporado su marca online @titosolariworks que permite al artesano la difusión de sus creaciones y el aceptar pedidos de múltiples lugares fuera de la isla. “Antes acababa el mercadillo y con eso el trabajo de venta y ahora continúa gracias a las conexiones por Internet, sobre todo a través de Instagram”, destaca Tito en nuestra visita a su taller en Formentera mientras última una pieza que en breve viajará a Italia.

Tito Solari en su taller de Sant Ferran

Maestro artesano

Maestro artesano desde hace 10 años, Tito Solari se siente orgulloso de haberlo logrado y de poder compartir sus conocimientos con aquellos que lo deseen.

Para el joyero, “la artesanía goza de buena salud, lo hecho a mano está en auge y Formentera tiene un importante número de artesanos que trabajan desde el esparto tradicional, los metales, la cerámica, los tejidos, todo desde una corriente creativa que gusta porque la gente está harta de comprar piezas iguales y busca la originalidad”.

 

 

 

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