Panadería Manolo, tradición y buen hacer en Formentera

El establecimiento es uno de los seis de Formentera que ha recibido el reconocimiento "Emblemàtics baleares" promovido por el Govern balear y el Consell de Formentera

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La Panadería Manolo ha recibido el premio Emblemàtics Balears
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La historia de la Panadería Manolo comienza cuando el suegro de José Cardona Marí, le regala un horno de piedra fabricado por él en 1925 y ubicado en la actual Panadería Manolo de Sant Francesc. “Mi abuelo, panadero y pastelero, solo lo trabajó poco más de un año y luego se lo alquiló durante diez años a su amigo Pep Jeroni. Pasado ese tiempo Pep Jeroni lo dejó y mi abuelo lo volvió a alquilar a los soldados que vigilaban a los presos en es Campament de la Savina por otros diez años”, apunta José Cardona Verdera, actual propietario del establecimiento.

Pasado ese tiempo estuvo cerrada de 1947 hasta 1953 cuando su hijo, Manuel Cardona Guasch, abrió Panadería Manolo. “No la puso en marcha antes debido a la vigencia de las cartillas de racionamiento que dificultaban desarrollar un negocio”, comenta José.

Así, Manuel Cardona inició la nueva etapa y, con la llegada del turismo, dejó de hacer pastelería para dedicarse de lleno a la elaboración de pan. “Yo empecé a ayudar a mi padre con 14 años, por que no quise continuar los estudios, y recuerdo la llegada de las primeras familias de trabajadores que venían de la península, sobre todo de Cuenca, que nos hicieron cambiar la forma de hacer las barras de pan blanco. Nosotros las hacíamos pequeñas, de cuarto y con mucha miga, hasta que nos pidieron si podíamos hacer las mismas barras pero alargadas que finalmente gustaron a todos. También hacíamos pan redondo moreno de xeixa, y blanco, y este último tuvo mucha demanda por parte de las familias de la isla ya que muchos estaban cansados de comer pan moreno”, recuerda José.

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Panadería Manolo complementaba la oferta con la coca de sofrit, especialidad de la madre de José, y los cucarrolls de bleda, de sofrit y de tonyina, así como magdalenas y coca a la poma, para incluir años después el tradicional flaó y los panes típicos para acompañar la Salsa de Nadal.

José Cardona Verdera es el actual propietario de la Panadería Manolo

Con el auge del turismo y la apertura de hoteles y restaurantes se disparó la demanda de pan. “Trabajábamos más de 12 horas al día durante la temporada para abastecer a todos», apunta José quien añade que en el año 1969 se deja de utilizar el horno de piedra a leña verde de rama de pino, que estaba a ras del suelo, y se cambia por uno giratorio ubicado a un metro y medio de altura que permitía trabajar de pie “y que sigue funcionando desde que lo instalamos, jamás se ha parado”. Actualmente este horno llamado “el viejo” comparte espacio con un rotator comprado en 1982.

Después de 40 años trabajando en la panadería, desde 2017 la alquila al panadero y pastelero, Pedro Martínez, quien ha renovado la zona del despacho de pan incluyendo una destacada variedad de panes artesanales y pastelería. “Pedro lo hace muy bien y estoy muy contento con su trabajo y con la oferta de productos que ha incluido”.

Emblemàtics balears

Este año, Panadería Manolo ha recibido, junto a otros establecimientos de la isla, el reconocimiento Emblemàtics balears, por parte del Govern balear y el Consell de Formentera, dentro de un proyecto que según sus impulsores, nace de la necesidad de proteger la actividad comercial de proximidad y, más específicamente, la de los establecimientos con más tradición de los municipios como ejemplo de sostenibilidad social y económica.

Para José Cardona, “es un orgullo ya que quizás somos el negocio familiar más antiguo de la isla y constituye además un impulso para seguir adelante adaptándonos a las nuevas demandas y gustos del consumidor”.

 

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