Ayer comenzaron los paseos de una hora que disfrutaron los menores de hasta 14 años acompañados de un adulto y que significaron, en la mayoría de los casos, un alivio y una descarga de energía después de seis semanas de confinamiento.
Desde Formentera Avui charlamos vía telefónica con los miembros de varias familias para recabar el resultado de la experiencia que por una aplastante unanimidad fue «¡una pasada!».
La mayoría de los consultados eligieron la mañana para realizar el paseo en el radio de un kilómetro alrededor de cada vivienda y varios de los que viven en diseminado optaron por utilizar una aplicación móvil que les marcaba el circuito que podían realizar sin superar el kilómetro permitido, ofreciendo además diversas rutas para no repetir, en lo posible, los paseos de los próximos días.
En el Pilar de la Mola la pequeña Cuba se levantó temprano preguntado ¿adónde vamos que se vea el mar?, y la ruta elegida les llevó por un camino en el que pudieron disfrutar de la vista marinera desde lejos, pasando por la vera de campos de trigo, viendo los caballos de un vecino a lo lejos y charlando con su madre de cosas relacionadas con la naturaleza. «Nosotras partimos juntas por una ruta y su hermano con su padre por otro camino, así a la vuelta teníamos tema para charlar sobre las experiencias vividas por cada uno», comentó la mamá de la pequeña.
Mientras tanto en es Cap, Sofía sacaba el carrito con su muñeca por un camino de tierra acompañada de su gata y muy resuelta comenzó a decir adiós porque tenía muchas ganas de salir y explorar el mundo «sola», ante la mirada atenta de su madre que caminaba unos pasos detrás de ella.
También Quim disfrutó del camino a cala Embaster a bordo de su «motoneta» y los hermanos Pablo, Bruno y Carmen corrieron y pasearon por los caminos aledaños a ses Bardetes, núcleo urbano del que también disfrutaron con sus bicis y monopatines los hermanos Jehiron, Strarlin y Jeiko que dieron todo de sí para pasarlo genial.
Por su parte Daniela y su madre escogieron un camino por la zona de Cala Saona que la pequeña recorrió pertrechada de gorra y mochila como una auténtica exploradora, mientras Lluc sacaba su bici por los caminos rurales de Sant Francesc.
Más cerca del mar estuvieron Petra, que bordeó un tramo del Estany del Peix hasta el puerto recogiendo piedritas y palitos, las hermanas Ana y Sara que pasearon con su padre por la zona de Chezz Gerdi entre Es Pujols y Punta Prima, así como Inés que recorrió un tramo por las afueras del puerto de la Savina. En estos casos todos comentaron que el mar estaba precioso, limpio y que se veían muchos peces y pájaros.
Ganas de salir y disfrutar
Todos los padres coincidieron en que los niños tenían muchas ganas de salir, correr, saltar y jugar fuera del piso, de la casa, del jardín o balcón conocido y disfrutar de un entorno diferente al de todos los días, aunque muchos echaban de menos a sus amigos. Por otra parte varios aseguraron que esta primera salida los había dejado a todos «molidos» y que por la noche el sueño estaría garantizado.
Para los padres que continúan trabajando este domingo ha sido muy desestresante; «salir a pasear tranquilo con mis hijas me ha venido muy bien para relajarme y disfrutar de ellas en un entorno diferente al cotidiano», comentó uno de ellos.
Durante el horario de paseo permitido, de 9.00 a 21.00 horas, las fuerzas de seguridad recorrieron distintos puntos de la isla con el objetivo de informar y de vigilar que se cumplieran las pautas establecidas en este primer día de salidas permitidas dentro del Estado de Alarma.