Desde hace una semana gran parte de la población de este planeta está viviendo una situación nueva con la cuarentena impuesta en muchos países a causa de la extensión del Covid-19 o coronavirus.
Ya todos hemos leído y escuchado las recomendaciones, los vetos y prohibiciones que hay que acatar para evitar los contagios y que creemos la mayoría está respetando.
Aquí en Formentera, acostumbrados a disfrutar del aire libre apenas nuestros trabajos nos lo permiten, lo de tener que estar encerrados en casa trastoca bastante la existencia.
La rutina se ha visto cambiada y desde Formenteraavui quisimos conocer cómo viven esta nueva coyuntura algunos de nuestros lectores.
Seguramente cuando lean estas líneas se sentirán identificados con lo que nos han contado o por el contrario no creerán el mensaje positivo que nos han transmitido las personas consultadas. Todas ellas manifestaron estar al tanto de lo que pasa, sienten preocupación por los contagios, por las personas que han enfermado, por sus familias y por aquellos que están solos pero eso no quita intentar que el día a día sea lo más positivo posible para que este confinamiento impuesto no afecte su vida y, por eso, la imaginación y la paciencia priman estos días en muchos hogares de Formentera.
Estudio y juegos
Dicen los expertos, que no paran de escribir y hablar en los medios, que lo importante es continuar en lo posible con la rutina y añadir momentos de solaz y esparcimiento para mantenernos animados.
Y todos las personas consultadas coincidieron en que su rutina se está desarrollando con tranquilidad, aunque difiere si esa persona vive sola, con amigos o en familia.
En las familias con hijos menores el día a día se desarrolla entre estudios y juegos. La mayoría intenta no trastocar demasiado los horarios por lo que las mañanas se dedican al estudio y a hacer los deberes que les mandan del colegio y por las tardes algunos continúan con clases a través de videollamadas o internet de música o idiomas.
«En casa las tardes se están aprovechando en familia para leer, jugar a las cartas, sacar los juegos de mesa y enrollarnos con las piezas de Lego. Tampoco faltan las pinturas para «adentrarnos en el arte contemporáneo» y las manualidades. Además utilizamos mapas para saber dónde estamos, donde están los otros y conocer un poco de historia para comprender mejor el momento actual», comentó Manuela vía telefónica mientras se asombraba por la suerte de su hija pequeña jugando a la brisca.
Lo mismo pasa en casa de Gilda donde el hijo mayor, que va al Instituto, sigue las tareas que le han mandado y la pequeña quiere salir al parque como todos los días a tirarse del tobogán pero como ve desde la ventana que no hay niños ya se ha ido acostumbrando a la situación.
Cocina tradicional y de aprovechamiento
Estos días en casa y con la nevera a mano se convierten para muchos en un peregrinaje continuado a la cocina por lo que no está nada mal involucrarnos para preparar platos nutritivos, comer a horario y sin prisas y, porque no, atrevernos con nuevas recetas.
En varias de las casas consultadas se ha compartido el preparar la comida, amasando pasta, pizzas, cocas y algunos se atrevieron con el pan, con nuevos pasteles como un «budín de banana» que copiaron de una receta en casa de Gilda y del que no quedaron ni las migas y los canelones caseros que prepararon entre todos en casa de Manuela y que «estaban buenísimos». Otras familias han aprovechado para rescatar del congelador tuppers con preparaciones que habían congelado antes de la cuarentena y que ahora se recuperan sobre todo para cenar.
Por su parte María, que está pasando sola este confinamiento, ha decidido seguir con su menú habitual como unas habitas fritas con huevo que estaba preparando cuando la llamamos y que por la foto tenían muy buena pinta. Eso sí, echa mucho de menos el café matinal con las amigas y la rutina del trabajo.
Salidas restringidas
El lema «estar en casa» es claro y las escasas salidas se limitan a hacer la compra, tirar la basura o sacar a pasear al perro. Tres tareas habituales pero que normalmente la mayoría no quiere hacer y que en estos días producen algunos «roces» familiares ya que todos parecen dispuestos a asumirlas. «La basura la saco con mi hija pequeña, acompañadas por la perrita, y para caminar los metros que nos separan del contenedor nos ponemos de punta en blanco por si nos encontramos con alguien, o nos disfrazamos y hacemos una coreografía tipo desfile imaginando que nos aplauden», comentó Manuela entre risas.
Para Paquita esta cuarentena le está produciendo un gran cambio; «lo que no había conseguido nadie conmigo en 20 años, lo ha hecho el coronavirus: desayunar en casa y no en el bar Centro», apuntó junto a la foto que nos mandó con la mesa de su casa dispuesta como suele estar la del bar. Y añadió como otra novedad en su rutina que, «una vecina tiene que andar por recomendación médica y como no sale a la calle lo hace alrededor de la casa y nosotros la aplaudimos y vitoreamos desde la ventana para animarla», nos contó demostrando su sentido del humor.
El estar en casa también se está utilizando mucho para ordenar armarios y cajones y algunas de las personas consultadas opinan que los contenedores de Caritas y de Formenterers Solidaris estarán repletos de ropa y de juguetes cuando acabe el confinamiento.
Internet
Todas las consultadas se preguntan cómo hubiera sido si esta cuarentena nos hubiera tocado antes de Internet y WhatsApp y nadie se lo quiere imaginar ya que ambas posibilidades ofrecen una ventana para relacionarse con familia y amigos.
En el caso de Gilda todas las tardes conecta con una tía de ochenta y siete años que vive sola en Italia para que se sienta acompañada, «charlamos con ella y con la familia en Argentina que también están en cuarentena y así nos mantenemos en contacto y unidos a pesar de la distancia».
También las nuevas tecnologías les están permitiendo ponerse al día con películas, series, libros, conciertos y con las noticias diarias. «Cuando salgamos del confinamiento nos van a tener que tratar por la adicción a los móviles y demás bichos tecnológicos», destacaron varias.
Para terminar queremos trasmitir el mensaje de estas y otras personas con las que hemos hablado y que es el mismo: tener paciencia, respetar las normas y mantener la tranquilidad hasta que podamos volver a salir y retomar la vida cotidiana, el trabajo, los paseos y poder disfrutar del hermoso paisaje de Formentera.