La Sala Municipal de Exposiciones de Sant Francesc acoge hasta el próximo 30 de noviembre la muestra titulada «Som les bruixes d’avui» de la ilustradora Ame Soler «Tres Voltes Rebel» con motivo de los actos programados por el Día Internacional para la eliminación de la violencia contra las mujeres.
La exposición nos abre al mundo de Soler, artista nacida en Almussafes (Valencia) y que estudió bachillerato artístico en el I.E.S Lluis Vives, epicentro del movimiento Primavera valenciana. La ilustradora pasó luego por la carrera de Bellas Artes en la Universidad Politécnica de Valencia especializándose en dibujo e ilustración para cursar después un máster en Barcelona de ilustración creativa y digital.
«En ese máster nos pidieron un proyecto final que nos motivara y pensé en hacer imágenes de tres mujeres fuertes; Frida Kahlo, Marina Ginesta y la del cartel de propaganda We can do it. Luego tenía que aplicarlas a textil, subirlas a redes y tuvieron mucha aceptación por lo que decidí continuar con el proyecto titulado «Tres Voltes Rebel» y unir las imágenes con versos de canciones reivindicativas de grupos que me gustaban», explicó Ame Soler a Formenteraavui.
El título del proyecto, la ilustradora lo escoge del poema Divisa de Maria-Mercè Marçal: «A l’atzar agraeixo tres dons: haver nascut dona, de classe baixa i nació oprimida. I el tèrbol atzur de ser tres voltes rebel» que estudió en el bachillerato y las tres últimas palabras sirvieron para crear un seudónimo con el que se identifica en las redes sociales a las que sube sus dibujos con un claro mensaje reivindicativo.
Las obras que se exponen en Formentera conforman una selección de ilustraciones originales realizadas en lápiz y acuarela y, algunas de ellas, forman parte del segundo libro que está escribiendo y del primero titulado «Somos las nietas de las brujas que no pudisteis quemar».
De ese primer libro nos quedamos con la sinopsis escrita por Ame Soler y que retrata, más si cabe, lo que transmiten sus dibujos.
«Nunca he encajado en los esquemas que la sociedad ha construido para ser una chica perfecta. Desde pequeña me despeinaba de manera asombrosamente fácil. Recuerdo un día que había jugado, corrido, saltado… Y un profesor me dijo: Péinate, pareces una bruja. Estos años me prepararon para la adolescencia más insegura y dependiente que puedas imaginar. Un sufrimiento que parecía no terminar. Hasta que descubrí el feminismo y pude dar nombre y forma a todo aquello que me oprimió. Hasta que me uní a un grupo de luchadoras que volamos a contracorriente».