Los socorristas de Formentera no solo velan por nuestra seguridad a la hora de disfrutar de un baño de mar, sino también en lo que corresponde a actitudes cívicas en las zonas de playa.
Esta última cuestión es al parecer «molesta» para algunos turistas que no dudan en increpar o discutir con los efectivos cuando se les manifiesta alguna recomendación con respecto a desechos, la utilización de papeleras o a la prohibición de «enterrar» colillas en la arena, mientras que se les invita a depositar dichos residuos en los lugares habilitados.
El pasado domingo el socorrista de Cala Saona, Dani Aguilera, informó a un turista italiano que apagaba una colilla en el mar y luego la enterraba en la arena de la orilla, que esa no era la manera mostrándole además los bidones repletos que él y sus compañeras han rellenado de estos restos de cigarrillos, más de 3.000, y después de recogerlos durante muchas jornadas con unas redecillas.
«Si bien el chaval entendió y quiso rectificar su acción, sus acompañantes viendo que estaba llamando al 112 comenzaron a rodearme y agredirme verbalmente e intimidándome para que no llamase a la policía», apuntó Dani.
El socorrista ante la situación advirtió a los turistas del montante de las multas que se deben pagar por este y otro tipo de atentados al medio ambiente que van desde los 1.000 a 2.000 y 3.500 euros según la gravedad.
«En ese momento recogieron sus cosas y se fueron de la playa», comentó.
Para Dani no solo hay que vigilar la zona de baño sino también las actitudes poco cívicas, tareas que suponen una buena dosis de paciencia y educación para informar de aquello que no se puede hacer.
«Poca gente lo entiende ya que hay mucha que cree que nuestra tarea y también la de los hamaqueros es recoger colillas cuando lo hacemos por conciencia con el territorio y el medio ambiente», destacó.
«Este ha sido un suceso aislado pero debemos recapacitar todos y también contar con más cartelería informativa para que el usuario de la playa sepa en qué tipo de entorno se encuentra y que hay que protegerlo», concluyó.