«Desde Can Forn se veía la puerta de la Iglesia de Sant Francesc»

Los propietarios del conocido colmado ubicado en la calle Pla del Rei de Sant Francesc recibirán el próximo 24 de julio uno de los premios Sant Jaume que otorga el Consell Insular de Formentera

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Pep Forn y Vicente Colomar Marí en la tienda Can Forn
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José Marí Tur, «Pep Forn», aunque esté jubilado sigue siendo la cabeza visible de «Can Forn» un colmado de Sant Francesc que llevó adelante con su hermano Antonio y que en la actualidad regenta su sobrino Vicente Colomar Marí.

El establecimiento, ubicado en la avenida Pla del Rei, lleva abierto 62 años y esta semana hemos sabido que recibirán el premio Sant Jaume que otorga cada año el Consell Insular de Formentera en este caso por su trayectoria y por «los sesenta años de funcionamiento y mantenimiento de una actividad de gestión familiar y de proximidad que ha ido pasando de generación en generación, conservando vivo el talante de pequeño comercio», como señaló la presidenta, Alejandra Ferrer en el último pleno.

En una economía de subsistencia como la de la época los incipientes empresarios comercializaban gallinas, gallos y conejos y huevos a Barcelona. «Abrimos el 4 de marzo de 1958 porque hacía falta un negocio que ofreciera lo básico como almendras, trigo, algarrobas, carbón, huevos, conejos y gallinas», apuntó José. Cada semana, los miércoles, recuerda José, «mandábamos 50 o 60 cajas de huevos a Barcelona con el barco Jaume I».

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En Sant Francesc, en aquel momento había tres tiendas y «desde la nuestra veíamos la Iglesia de Sant Francesc». Además disponían de aceite para lámparas y estufas, «ya que en esa época no había luz eléctrica», y fueron precursores en la venta de hornillos también de aceite que significaron un «boom» en una isla en la que se cocinaba con leña o carbón.

El Colmado Can Forn abrió sus puertas en Sant Francesc hace más de 60 años

Bill, el primer hippie

El empresario comentó que en esa época «no había nadie de fuera en la isla» y a partir del año 1964 empezó a venir «alguna gente entre ellos un americano que había participado en el desembarco de Normandía en la II Guerra Mundial que llevaba las piernas llenas de metralla por lo que portaba unas calzas hasta las rodillas».

Este hombre que se llamaba Bill cobraba una paga del gobierno estadounidense «y como no había ningún banco en la isla nosotros le hacíamos el favor de cambiárselo cuando mi padre iba a Ibiza y era una barbaridad de dinero ya que superaba las tres mil pesetas».

A cambio él les compraba todo lo que necesitaba y fue el primero en pedirles que le consiguieran «peanut butter» (mantequilla de cacahuete), mermeladas, café instantáneo y todos estos productos triunfaron entre los «hippies» que ya empezaban a llegar a Formentera «y que dejaban muchísimo dinero en la isla cuando nosotros aquí no teníamos nada».

«Los primeros que llegaron paraban en la casa que Bill había comprado en Migjorn y él les daba de comer a todos y con lo que nos pagaba él por los productos que le traíamos cubríamos las cuentas de casi un mes», explicó entre risas.

«La gente de Formentera siempre nos ha apoyado y muchas familias pudieron en aquellos años comprar sin dinero, lo apuntábamos en unos cuadernos y cuando cobraban el jornal en el campo o en las salinas venían a pagarnos», recordó José.

Orgulloso por el premio

Para «Pep Forn» fue una sorpresa esta semana cuando la presidenta del Consell, Alejandra Ferrer, junto a las vicepresidentas de la máxima institución insular, Ana Juan y Susana Labrador se presentaron en su establecimiento para comunicarle que había sido galardonado con el premio Sant Jaume 2019.

«No me lo esperaba para nada y estoy muy contento porque es un premio al trabajo de toda la familia», concluyó.

 

 

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