Por una mejora de la movilidad en Formentera

Artículo de Opinión de Florencia Sotés

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Foto: Florencia Sotés
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Llorando de impotencia, de rabia, de vergüenza; así comienzo la semana, porque una actividad tan normal como ir a la revisión con la matrona 40 días después de parir se puede transformar en una pesadilla. Es que es difícil de asimilar que una isla donde se habla de sostenibilidad, ecología, igualdad y de gobierno progresista, pueda permitirse tener el servicio de transporte público que tiene. Y no es algo nuevo, hace 4 años después de haber parido a mi primera hija me encontré con el mismo problema, con las mismas barreras y me quejé como hoy pero no ha cambiado nada, nada en 4 años, más que las promesas electorales.

Y yo invito al Conseller de Mobilitat, a mis vecinos, a todos los partidos políticos y al señor que tiene la concesión del servicio a que intenten tomar un bus en Formentera con un carrito de bebé, y hoy solo iba con una niña, y no quiero imaginar si fuera en silla de ruedas.

Les cuento, porque no lo deben ni imaginar, o eso espero, que el bus que tiene la pegatina de rampa no la tiene (desde por lo menos 4 años), el resto tienen unos escalones y unas «barandas» que hacen inaccesible el paso con un carrito; tampoco la opción de dejar el carro en el maletero y subir tranquilamente el bebé en brazos, el chófer incapaz de ayudarme, haciendo como si la cosa no fuera con él, y si esto fuera poco, la «parada» del hospital está en medio de la carretera y me obliga a hacer cerca de 100 metros por el arcén. Hoy tuve la suerte que a subir me ayudó un pasajero muy joven y fuerte, el que con dificultad y el uso de sus dos manos pudo subirlo, yo con la niña no podría haberlo hecho jamás.

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Al bajar en la Mola no corrí la misma suerte y tuve que desmontar el carrito, dejar a mi hija y bajarlo a pulso.

Siento todo este rollo pero creo que es importante compartir para ver si se toma conciencia, si se empatiza un poco con el de al lado porque hoy para nosotros fue una mañana horrible y no es justo y puede evitarse, da igual las concesiones o el color del partido que gobierne.

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