Nacida en Bilbao en 1961, la bloguera Miryam Satrústegui lleva varias décadas pasando parte de sus vacaciones en Formentera junto a su familia. «Básicamente me he dedicado a mi familia pero también me gusta pintar con un estilo figurativo y estuve cinco años en el taller de Amadeo Roca, discípulo de Sorolla, en su taller de Madrid», destacó.
Lo de escribir le viene por «auténtica vocación» y de esta nació el blog https://spainyyosomosasi.com/ y, en 2016, esos relatos publicados en su web se convirtieron en dos libros titulados «Verano y Otoño» e «Invierno y Primavera», en el que los textos, la mayoría en clave de humor, marcan su estilo.
Viajera incansable, Miryam siempre hace un hueco para pasar una temporada en la isla que conoció en el año 1985 y de la que se enamoró sin haberla visto. «Cuando llegamos a la Savina por primera vez le dije a mi marido Pedro que algún día tendríamos una casa aquí y hace once años lo conseguimos».
En Formentera conoció a Carmen Serra y a su familia con los que conserva una buena y correspondida amistad y hace unos dos años se enteró de la historia de la cabra Merkel la que plasma en uno de sus relatos lleno de ironía titulado «Traslado a la isla, cambios y el caso de la cabra Merkel».
En el relato destaca que Carmen le comentó un día que Merkel se había quedado afónica «porque es muy habladora». «Y yo, lo primero que pensé, fue que relación tendría esta señora con la política alemana y luego resultó que me hablaba de una cabra», comentó entre risas.
En el cuento, breve y divertido, Miryam destaca que la cabra Merkel se ha convertido en un animal de compañía ya que Carmen la pasea con una correa cuando la recoge del prado donde pasta para que recorra los aledaños de la casa familiar. «Una historia que me pareció muy pintoresca por el nombre de la cabra y porque se haya convertido en un animal de compañía», comentó Miryam.
El porqué del nombre de la cabra
En el bonito rato que compartimos en su casa Carmen Serra se refirió a la historia con la cabra Merkel. «Tengo una vecina que quería una cabra y fui junto a nuestra amiga Mercé Martí a una finca en es Cap de Barbaria para elegir una y tenían dos y yo me quedé con la pequeña».
A la hora de ponerle nombre Carmen optó por Mercé a lo que su amiga se negó y jugando con el nombre este derivó en Merkel.
Ese nombre le va como anillo al dedo ya que cuando Carmen la llama la cabra responde a su nombre y se acerca a ella.
Ahora Merkel está preñada pero si queréis conocer la segunda parte de la historia acceder al blog de Miryam y sabréis como sigue. Os aseguro que es verdad.
