«La fotografía se tiene que vivir», Agustín Padilla Ferrer

Estudiante de Náutica y Transporte Marítimo, el joven formenterés no abandona su afición por la fotografía a la que dedica su tiempo libre para plasmar en imágenes tanto la naturaleza como los paisajes urbanos

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Agustin Padilla Ferrer
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La fotografía constituye toda una vocación para Agustín Padilla Ferrer, quien de manera autodidacta comenzó hace unos diez años. «Estaba en primero de ESO y nos animaron a presentarnos al concurso Beni Trutman y como yo ya venía haciendo fotos con la cámara de mi madre, una Sony Alpha 3000, decidí presentarme y, aunque no gané, fue una de las razones que me impulsó a continuar con esta afición», señaló a Formenteraavui.

Agustin Padilla Ferrer en Sant Francesc

De esa cámara no se separó durante un tiempo ya que en los paseos que realizaba con su abuelo por el torrent de s’Alga disparaba el objetivo y luego analizaba aquellas imágenes que había capturado.

Foto: Agustín Padilla

Como decíamos la cámara era de su madre que la reclamó y a cambio le regaló otra de la misma marca pero más moderna y que permitía cambiar los objetivos, mientras él se compraba una Canon 80 D. El nuevo artilugio, «mescla de reflex y compacta» le permitió a Agustín seguir con la afición.

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Asimismo Agustín no se despegó de una cámara analógica ya que cree que una buena foto necesita poca edición. «Si cuando haces la foto, ésta no te dice nada, no te lo dirá cuando la edites. Es por eso que creo que la fotografía hay que vivirla», destacó.

Por estudios tuvo que trasladarse a Tarragona y luego a Barcelona, en concreto al barrio del Raval, donde decidió experimentar en la denominada fotografía urbana. «El barrio tiene muchas callejuelas en las que el contraste de la luz es muy seductor y mi intención era sacar fotos de gente sin que se dieran cuenta», apuntó Agustín.

Un ejemple de fotografía urbana Foto: Agustín Padilla

El resultado de ese trabajo de «espía» de la realidad del barrio se traduce en una amplia serie de fotografías en blanco y negro y en color en las que nos muestra rincones de la Barcelona más antigua. «Me gusta mucho fotografiar a la gente pero también las formas arquitectónicas ya que me encanta el contraste de las sombras y la luz», comentó.

Otro ejemplo de paisaje urbano Foto: Agustín Padilla Ferrer

«Totalmente autodidacta» como se define, Agustín tiene otra «debilidad» muy urbana como el skate-board por lo que parte de su trabajo se centra en esta modalidad deportiva.

«En Tarragona iba a las pistas y me puse a fotografiar a los que lo practican ya que suelen ofrecer buenas imágenes que luego edité en blanco y negro o en color, según lo considerara mejor», señaló.

Foto. Agustín Padilla Ferrer

Formentera como bandera

Este joven fotógrafo de 23 años no puede negar su apego a la isla donde se ha criado como lo demuestra en una serie de fotografías en las que la naturaleza de Formentera está presente. «Me gusta salir a caminar con mi cámara y el trípode y capturar imágenes que reflejen la naturaleza de la isla ya sean cielos estrellados, rebaños de ovejas o también gente como mi abuelo y sus perros que sale en muchas de estas».

Pero no solo de la fotografía se alimenta el «alma» de este chaval ya que la literatura no le es ajena como lo demuestra a través de su blog http://followyourhearttothewater.wordpress.com

Foto: Agustín Padilla

Relatos cortos en los que su imaginación «vuela» como reflejan párrafos como este: «No te rindes porqué hay miradas que hablan, pero estás van más allá y son capaces de susurrarte. Y creerme, tanto las palabras más dulces como las más putas se dicen susurrando. Crees sentirte observado con la misma intensidad que tú intentas averiguar qué esconden y eso te hace continuar. Porqué sí, porque piensas que si has llegado hasta aquí, tienes que ir hasta el final. Y te susurra que pierdes puntos, pero no haces caso. Total, ¿no será un mecanismo más para dificultar la entrada?».

Sobre si expondrá sus fotografías o publicará sus textos en papel, Agustín comentó que por ahora no. «Estoy ahora en la isla trabajando durante el verano, luego volveré a Barcelona para continuar con los estudios para obtener el título de capitán de la marina mercante y seguir navegando por todos los mares a los que me lleve mi trabajo, pero sin dejar de escribir y fotografiar que es otra forma de viajar».

 

 

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