«Ver el mundo con otros ojos, cuesta muy poco» Entrevista a Rafa Ramírez

La acción sanitaria llevada a cabo en Etiopía, ha permitido realizar 159 operaciones de cataratas entre los habitantes de Pawe

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Rafa Ramírez en sant Francesc
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Pawe, un poblado a 500 kilómetros al oeste de la capital de Etiopía, Adís Abeba, ha vuelto a ser el destino de la ONG Progreso y Desarrollo Humano de la que forma parte el conseller de la Agrupación Socialista de Formentera, Rafa Ramírez. La visita a dicho enclave tuvo una vez más como motivo principal la mejora de la salud visual de sus pobladores y la coordinación de ayudas alimentarias en colegios de la zona. El lema: «Ver el mundo con otros ojos, cuesta muy poco».

Rafa, empezamos hablando del viaje y del trayecto hasta el poblado. ¿Cuántas horas de jeep se necesitan para llegar a Pawe?

Este año el trayecto ha ido mejor.  Hemos tardado unas catorce horas porque se han arreglado algunos tramos de la carretera. En otros viajes han sido más de treinta y seis horas de trayecto. Hay que tener en cuenta que estas vías son utilizadas por gente que va a pie, acompañadas por rebaños de cabras, vacas, lo que hace que el viaje sea más lento. Además muchas de las poblaciones aledañas al camino «viven» de la carretera, ofreciendo bebida o comida a los que la transitan. Es todo un mundo.

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¿Cómo empezó esta iniciativa humanitaria?

La iniciativa creció en torno al trabajo de un médico cirujano oftalmólogo de Salamanca, Luis Cuadrado, amigo mío que falleció el año pasado y que llevaba más de nueve años viajando a Etiopía para colaborar. De ahí surgió crear la ONG Progreso y Desarrollo Humano con sede en Formentera y que cuenta en la actualidad con 26 socios.

Las operaciones oftalmológicas forman parte de las labores desarrolladas en Pawe

¿Qué tipo de trabajos desarrolláis en Pawe?

Fundamentalmente llevamos a cabo campañas de operaciones oftalmológicas en niños y adultos. Estas campañas tienen un coste alto pero para ello contamos con la colaboración de las fundaciones Belmas y Allegro. Asimismo hemos añadido proyectos en el ámbito educativo, con desayunos programados para los alumnos del colegio, ya que suele ser la única comida segura que tienen a lo largo del día. Esta comida consiste en un té y en algo sólido como galletas, cereales, legumbres o fruta. Esta parte de la iniciativa cuenta con la colaboración de una congregación de monjas que se encargan de preparar y distribuir los desayunos. Cabe destacar que el coste de esta labor supone una inversión de 20 euros al año por niño. Como nos explicaban las monjas, esto ha repercutido en que los pequeños vayan a la escuela más contentos y no se duerman durante las clases. También colaboramos con los sueldos de dos profesores, tres asistentes, una cocinera y un celador.

¿De qué vive la gente de esta zona?

En primer lugar debemos tener en cuenta que Etiopía es un país cuya economía se basa en la agricultura y la ganadería en pequeñas explotaciones. En este último rubro realizan exportaciones de ganado vacuno y caprino, sobre todo a Oriente Medio. En zonas como Pawe se trata de un sector primario de subsistencia. Debemos considerar que hablamos de un país muy pobre, la renta mínima para alguien que tiene un trabajo es de 40 o 50 euros mensuales y el 80 por ciento de la población vive en la pobreza.

¿Qué habéis llevado a cabo en esta campaña 2017? 

En los diez días que estuvimos en Pawe se realizaron 159 operaciones oculares, la mayoría de cataratas, y 700 revisiones y diagnósticos que permiten recetar gafas, curar infecciones, o realizar cirugías menores. La labor en materia oftalmológica se centra en paliar los problemas visuales que suelen ser de los más frecuentes y que se producen por las condiciones de vida, la alimentación deficiente con falta de vitaminas y la incidencia de la luz solar. A esto se suma que la cirugía oftalmológica es una de las disciplinas médicas menos desarrolladas en Etiopía. Por suerte contamos con un médico etíope, formado en Canadá en cirugía oftalmológica infantil, que colabora con nosotros. Ten en cuenta que en su especialidad solo hay dos médicos para una población de más de 100 millones de habitantes.

La zona de Pawe ya está en un mapa específico, ¿no es así?

Así es. Entendamos que se trata de un área amplia de 2.000 kilómetros cuadrados y que no contaba con una cartografía específica. Por este motivo desde la ONG contactamos con una empresa de Madrid, CADIC, que realiza mapas por todo el mundo, a través de fotos aéreas. Ellos nos han hecho un mapa de la zona que permite acceder a pacientes que se encuentran en terrenos diseminados. Para poner un ejemplo de lo que significa poder localizar una zona; el año pasado queríamos visitar a una niña de ocho años que el equipo había operado hacia dos años y fue toda una odisea. Se averió el jeep, no encontrábamos el camino y demás «aventuras». Cuando la localizamos, si bien ella veía perfectamente gracias a la operación de cataratas congénitas, sus padres no la dejaban salir fuera, por temor a que volviera a quedarse ciega. El hecho de haber ido a verla permitió que la niña recuperara su asistencia al colegio, salir de casa y hacer una vida normal. Ahora con este mapa, el trabajo de seguimiento de las personas tratadas se volverá más fácil.

¿Qué balance haces de este proyecto?          

Tengo que aclarar que no es un proyecto de cooperación «al uso». Nosotros llegamos, contactamos con las personas y estas recobran funcionalidad en su vida diaria recuperando la vista. Es un plan efectivo, una acción muy directa. Ten en cuenta que el «peso» de las labores cotidianas lo llevan las mujeres, y si ellas no pueden ver, pasan a ser marginadas. Por eso en nuestro programa las mujeres son las primeras en recibir la atención oftalmológica.

Por otra parte, y a pesar de la pobreza y de los escasos medios de los que disponen, es una sociedad muy amable, alegre y hospitalaria. Es una sociedad muy creyente en distintas religiones y conviven sin problemas.

¿Qué planes futuros estáis diagramando para continuar con vuestra labor en Pawe?

Des del punto de vista educativo, queremos ampliar las aulas de la escuela. Ahora hay tres aulas y son para alumnos de infantil hasta tercero de primaria. El objetivo es que todos los alumnos completen sus estudios hasta los 14 años. Por otro lado, desde el punto de vista sanitario, comentar que existe el problema del agua. Hombres, mujeres y niños acarrean a sus hombros el agua para abastecerse desde un río y el viaje supone tres horas de ida y otras tres de vuelta. La escasez de agua deriva en problemas sanitarios, a lo que se suma la falta de servicios de saneamiento, por eso en el colegio se ha instaurado un protocolo básico que «obliga» a los niños a lavarse las manos con jabón antes de desayunar.

Después de pasar diez días en ese poblado, rodeado de gente amable y humilde, ¿cuál es la sensación cuando aterrizas en Europa?

Es un impacto serio que te hace cuestionar muchas cosas. Vivimos en un nivel de materialismo extremo y este no va asociado ni a la alegría ni a la satisfacción personal. Hace reflexionar sobre adonde vamos y, sobre todo, cuando ves la cantidad de cosas que tiramos a la basura. El contraste es brutal.

¿Cómo podemos apoyar este proyecto?

A través de la página web www.proyectoydesarrollohumano.org Desde esa plataforma ofrecemos toda la información de las acciones que llevamos a cabo, a través de vídeos y fotografías, así como las vías para colaborar.

 

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